La sensación de quiebre del mango de la cuchara se origina en la desviación de los rayos luminosos al cambiar de medio de propagación.
Entre esos extremos, correspondientes al rojo y al violeta respectivamente, se ubican los distintos colores.
Estas ondas tienen la posibilidad de desplazarse en diferentes medios, incluso en el vacío (al no ser ondas mecánicas como el sonido, no requieren de un soporte material).
La luz pasa a través del agua, el vidrio, el plástico, el hielo, etc. y, en cada uno de estos medios viaja con una determinada rapidez.
En algunos fenómenos luminosos la onda de luz no experimenta un cambio de medio. Por ejemplo, en la reflexión, el rayo incidente rebota, cambia de dirección, pero sigue moviéndose en el mismo medio y con igual velocidad.
En el proceso conocido como refracción la luz sí cambia de medio y se ve afectada su rapidez de propagación.
El cambio puede ser una disminución o un aumento de velocidad.
Sea una u otra situación, el cambio en la rapidez se manifiesta como un cambio en la dirección de propagación del rayo de luz.
Caso A: Si en el segundo medio la rapidez de propagación es menor que en el primero, el rayo "se cierra".
Caso B: Si en cambio, en el segundo medio la rapidez es mayor que en el primero, entonces el rayo "se abre".
Como la posición de los rayos incidente y refractado suele indicarse respecto de la normal se dice que: en el Caso A el rayo se acerca a la normal y, en el Caso B, el rayo se aleja de la normal.
El ángulo que forma el rayo con la normal es entonces una buena referencia para saber si la velocidad es mayor o menor en un medio u otro. Donde el ángulo es mayor la rapidez es mayor.
1 comentario:
El caso A se se hacerca a lo normal
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